lunes, 24 de octubre de 2011

En el Te Deum de los victimarios, la felicidad de dar la paz es completa




Un individuo de baja extracción social se enrola feliz
de la vida en el cantón
de reclutamiento
Se va a dedicar a la vida miliciana
No quiso ser oficinista o carpintero o albañil
Le gusta el uniforme y la tenida de combate
La única tragedia es no tener seres queridos
que lo acompañen en la ceremonia
de jurar a la bandera
Se soluciona el problema
Don Malaquías Urmeneta: párroco castrense
lo va a acompañar en el día solemne
Asistan ustedes a la ceremonia
es francamente emotiva
Con delicadeza acérquense al huacho Menares
Díganle que se sienten orgullosos de su valía
En el ejército de Chile


(B. Vidal, libro de guardia)